Archivo de mayo 2016
Sentencia de uno de nuestros compañeros -aconsejamos lectura-.
Nos ha parecido interesante trasladaros el resultado de un proceso judicial contencioso-administrativo, llevado a cabo por nuestro Gabinete Jurídico en el que por parte de un sindicalista se denuncian unas actuaciones consistentes en las manifestaciones que realiza un compañero (PMM turno noche y socio de Segrupol) cuando se le deniega el apoyo que solicita en su sindicato para denunciar un caso de acoso laboral que manifiesta sufrir por parte de un superior. Así figura en los fundamentos de derecho -inciso segundo- de la Sentencia.
Recoge con detalle los hechos la Sentencia 230/16, de 18 de mayo de 2016, del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 2 de Madrid, Procedimiento abreviado 126/2015.
Los hechos se resumen en que se inicia expediente disciplinario por falta grave como: Autor de una falta disciplinaria grave, consistente en la grave desconsideración con los superiores, compañeros, subordinados o ciudadanos en el ejercicio de sus funciones o cuando cause descrédito notorio a la Institución Policial, prevista en el artículo 8.a) de la Ley Orgánica 4/2010 de Régimen Disciplinario de la Policía Nacional aplicable a los Cuerpos de la Policía Local conforme a su Disposición Adicional Sexta. Se sanciona a este funcionario con 40 días de suspensión de retribuciones y funciones.
Lo más grave que observamos en nuestra Asociación en el análisis de dicha Sentencia, es cuando tratando las fechas en las que se pretenden situar los hechos que dan lugar a la apertura del expediente disciplinario, se indica por el Sr. Magistrado-Juez: …“, parece preordenado a eludir la existencia de prescripción pues como ha quedado dicho carece de prueba alguna.”
Solamente podemos indicar desde nuestra Asociación que conocidos los casos y denuncias que vienen saliendo a la luz por situaciones de vulneración de derechos y acoso en el ámbito laboral, nos parece totalmente increíble que un compañero que manifiesta padecer una situación de este tipo, no obtenga esta respuesta de su sindicato que, precisamente, está para velar por que no se cercenen esos derechos de los trabajadores y, además, acabe expedientado por las manifestaciones de su representante sindical.
Como digo, nos parece una auténtica injusticia la situación padecida por este compañero, a la que, como hemos hecho, únicamente podemos sumarnos y poner a su disposición todos los servicios de los que dispone esta Asociación en su clara lucha contra la violencia, injusticias, ilegalidades, abusos de autoridad, tratos degradantes y acoso en el ámbito laboral. Cosa que este compañero ya conoce como socio, casi fundador, de Segrupol.
Por conocer personalmente a este funcionario, gran profesional como policía, solo me queda darle la enhorabuena por el resultado de esta justa Sentencia, y sumarme a su esfuerzo ofreciéndole todo el apoyo del que disponemos en Segrupol.
Debemos agradecer la impresionante actuación de nuestro letrado Don Vicente Javier García Linares, en el gran apoyo legal y personal que nos ofrece cada día a todos nosotros, haciendo que esta Asociación esté en el lugar que debe estar. Es decir, en el de una asociación NO POLITIZADA, imparcial e íntegra que ofrece el apoyo que realmente precisan los funcionarios de Policía, en lugar de poner trabas, impedimentos y negativas a todas las problemáticas que plantean nuestros socios. Gracias Don Vicente por contribuir a que seamos policías con dignidad y a no permitirnos que caminemos solos en esta lucha contra la injusticia y la ilegalidad.
Como reflexión desde Segrupol, creo que va llegando el momento de que la Administración se plantee combatir de modo efectivo y seriamente la lucha contra la injusticia, la violencia en el ámbito laboral, el acoso, el menoscabo de derechos, las decisiones arbitrarias y discriminatorias que padecen muchos funcionarios y todo este tipo de situaciones con resultados muy perjudiciales para la imagen de la institución y el interés de los ciudadanos.
Como he escrito en algunos de mis artículos, Debemos considerar que al igual que las primeras políticas tendentes a detectar y luchar contra la violencia en el ámbito familiar obtuvieron todo tipo de críticas, por entender que se trataban de una intromisión en el ámbito privado de una relación familiar y, a día de hoy hemos superado esas difíciles barreras, considerando la violencia en el ámbito familiar una problemática pública, tanto sociológica como jurídicamente, no me cabe ninguna duda de que algún día la victimización que sufre el Policía en las sus relaciones profesionales, en particular, la existente en las Plantillas de Policías Locales, entendido en todo su amplio sentido (verbal, sexual, laboral, físico, psicológico, social,…), será debidamente entendida y tratada, dejando de padecer, paradójicamente, sus efectos las propias víctimas, en lugar de sus verdugos.
EL ACOSO EN LA INSTITUCIÓN DE POLICÍA LOCAL.-
Me ha parecido oportuno, en estos momentos, retomar un asunto que forma parte de nuestros pilares esenciales en Segrupol: EL ACOSO Y LA HUMILLACIÓN EN LA INSTITUCIÓN POLICIAL.
Creo que es un momento, ante el registro continuado y desproporcionado de nuevos casos en nuestra organización, de no olvidar el dolor que sufren muchos compañeros y compañeras por la victimización a la que (en varios niveles) se ven sometidos por las actuaciones deplorables (moral y jurídicamente -haciendo una torticera interpretación de la ley-) de algunos Jefes de Plantillas y mandos intermedios en algunas Plantillas de Policía Local.
Al menos en los casos que yo personalmente estoy conociendo, puedo asegurar que se trata de funcionarios que merecen todo mi apoyo, comprensión y respeto, tratándose de personas absolutamente normales en sus relaciones sociales y, en muchos casos, grandes profesionales en la Policía.
Estos funcionarios sufren en su proceso de denuncia o queja un largo camino de humillación, intentos de desacreditación profesional, lesiones psicológicas (que en muchos casos dudamos puedan ser rehabilitadas), afectaciones en sus relaciones familiares, de pareja, sociales, ect… Se trata de un hecho que no se puede decir que sea mejor vivirlo, pero que hay que vivirlo para entenderlo.
Quizás, el dolor más grande para estas víctimas sea su aislamiento, el intento por parte de sus “verdugos” de desprestigiar y debilitar todas sus relaciones laborales, sembrar la duda (frente a sus compañeros) en sus actuaciones, en esencia “marcar de malos” a estas personas que, en muchas ocasiones, su “delito” fue acudir alegres a trabajar, hacer lo que siempre desearon (ser policías), ser competentes en su trabajo, tener “don de gentes”, una alta cualificación profesional, una cierta admiración de sus compañeros y, el toque negativo, atraer la envidia y el odio de mandos de la Policía de dudosa cualificación profesional, que entienden como una amenaza para sus intereses la progresión o evolución de este tipo de funcionarios (que denominan líderes), con la atracción de más debates sobre las modalidades de ascenso en los Cuerpos de Policía Local, los procedimientos en la asignación de vacantes, la afectación de los favoritismos y las inclinaciones políticas en la toma de decisiones y, lo más objetivable, la incompetencia en los cargos que algunas de estas personas ocupan, fomentando (directa o indirectamente) el inmovilismo y la desprofesionalización de las de los Cuerpos Locales de Policía.
Si bien este hecho se trata de un asunto ajeno al que nos conlleva, como he dicho en otras ocasiones, no me cabe ninguna duda de que algún día los ciudadanos decidirán preocuparse por el destino que se ofrece a las grandes partidas presupuestarias dedicadas a seguridad local en muchos municipios (por supuesto, no en todos) y será el momento en el que política y, en su caso, judicialmente, deberán exigir las responsabilidades necesarias a este tipo de “gestores”, más ocupados hoy por mantener sus privilegios en una incesante lucha de poder sin ningún escrúpulo, que en gestionar y dirigir, en beneficio de los ciudadanos y como debieran sus Plantillas.
En cada letra que escribo, por mis vivencias propias y ajenas en la Policía, no hago más que sentir la lectura e interpretación a mi texto por este tipo de personas, su pretensión de buscar o encontrar cualquier rescoldo para exigir el inicio de un régimen disciplinario, proceso penal, etc. Pero, debo indicarles, que siempre es importante poder ARGUMENTAR lo que se escribe, desconociendo si ellos tendrán argumentos (parece difícil) para justificar lo que hacen.
Un estudio más exhaustivo, en la acreditación de la prueba en este tipo de procesos, valorando de forma conjunta la trayectoria de la víctima y el victimario, los antecedentes laborales de cada uno de ellos, las lesiones padecidas por la víctima, los testimonios, algunos documentos y otras cuestiones que pueden ser de interés al Derecho, podrán concluir con el archivo judicial de tantos casos claros de acoso en el ámbito laboral que en la actualidad se fundamentan en “la imposibilidad de poder probar los hechos”.
El hecho de que estas personas sean de tal condición (maltratadores humanos) no tiene por qué ser compatible con el hecho de que sean idiotas (no escriben “soy un acosador”, es decir, agudizan el ingenio para dejar el menor número de pruebas por escrito, con un modus operandi muy típico: delegan actuaciones individuales en mandos intermedios u otros agentes, ofrecen órdenes verbales, premian a su sequito (colaboradores necesarios para que se produzca el fenómeno), fomentan ambientes de hostilidad, descrédito, etc., abocando a su víctima al auténtico aislamiento, inseguridad, miedo y sentimiento de culpa. SE TRATA DE UN PROCESO EN EL TIEMPO, NO DE UNA ACTUACIÓN AISLADA.
A mi juicio, esto es en lo que fiscales y jueces deben de trabajar ante esta creciente pandemia, en articular fórmulas para lograr, de forma objetiva y asumible en Derecho, la carga de la prueba. El conjunto de actuaciones mediante el que se puede concluir con la aparición de un caso de acoso en el ámbito de la institución de Policía Local.
Creo no inventarme nada, ya que el incremento de los suicidios de policías en los últimos años, las largas bajas psicológicas de etiología laboral y el dolor y victimización a la que en sus puestos de trabajo y procesos administrativos y judiciales se ven sometidas estas víctimas, son fundamentos suficientes para detectar que existe un problema, un serio problema y decir ¡BASTA YA!, basta ya a este lastre que padecen tantos funcionarios de policía y sus familias.
A todos ellos, les dedico en su lucha estas humildes letras para indicarles que su dolor es el mío y que su situación no es de locura, es de dolor, la locura se queda en su puesto de trabajo y las desgracias en las artimañas que encuentra en nuestro sistema para no ser erradicada como debiera.
Al apoyo ofrecido desde nuestra Asociación Segrupol a todas estas víctimas, se ha sumado, con toda su experiencia profesional, nuestro Despacho de asistencia jurídica, incluyendo en nuestro anterior acuerdo sus servicios para la personación, como acusación popular, en todos los procesos penales por este tipo de hechos que afectasen a cualquier miembro de nuestra organización.
Véase también artículo de 12 de mayo de 2013 (pincha este enlace).
SM.1.JMPG
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